Cuando la sustentabilidad no es opcional: rehabilitación colaborativa en Cerro Navia
- Nicolás Aracena R.

- 7 oct
- 4 Min. de lectura
Fundación Fibra presentó su experiencia de trabajo colaborativo en la población Digna Rosa.
En los últimos tres años, los distintos espacios de la manzana han vivido procesos de mejora en infraestructura, con diversas fuentes de financiamiento, y un notable compromiso comunitario, dejando atrás el abandono, configurándose nuevos procesos sostenibles, eficientes y co-diseñados de desarrollo local.
En el marco de la XXIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo, se seleccionó para la discusión actual del desarrollo territorial nacional, el conversatorio “Cuando la sustentabilidad no es opcional: rehabilitación colaborativa en Cerro Navia”, instancia organizada por fibra, que se llevó a cabo en la Ex-Iglesia de San Francisco de Borja, en Santiago Centro.

El conversatorio estuvo liderado por Isidora Larraín, directora ejecutiva de Fundación Fibra, y un panel compuesto por Natalia Spörke, arquitecta de Ecode Arquitectura Sustentable; Jennifer Díaz, artista muralista de Cerro Navia; Sergio Rodríguez, gestor cultural de El Clan; e Ignacio Silva, director ejecutivo de Fundación Educacional Cerro Navia.
El espacio busca compartir la experiencia concreta de Rehabilitación Colaborativa y Sustentable de espacios urbanos, centrada en una manzana de la Población Digna Rosa, en Cerro Navia, donde actores del sector público, privado, organizaciones sociales, instituciones educativas y equipos técnicos han realizado un trabajo articulado para rehabilitar espacios urbanos abandonados y fortalecer el tejido social.

“Poder compartir en un espacio como la Bienal de Arquitectura y Urbanismo, nos permite visibilizar lo que estamos haciendo, pero sobre todo, no sentirnos solos y que no somos los únicos que estamos aportando por readaptar, reprogramar y reactivar, desde la identidad local espacios que ya existen”, comenta Isidora Larraín
Por su parte, Sergio Rodríguez, gestor cultural El Clan destacó “la articulación que se ha generado en Cerro Navia, entre el mundo privado, público y la comunidad. Hay un interés en generar un trabajo mancomunado desde distintos sectores. Acá se demuestra que existe esa voluntad de articulación de conectar los mundos, y mientras exista esa voluntad vamos a salir todos ganando”.
En este contexto, fibra ha ejercido un rol de articulador para promover la cohesión social del sector, a través de la promoción de oportunidades en emprendimiento y cultura y la recuperación de espacios abandonados o subutilizados.
Es por ello, que el caso de la población Digna Rosa fue postulado ante la Bienal de Arquitectura por fibra para compartir esta experiencia como un caso que, más que una mejora física, plantea la rehabilitación como ejercicio de cohesión, donde el barrio se transforma en laboratorio vivo de colaboración y resiliencia urbana.
“La temática de la Bienal y lo que estamos haciendo en Cerro Navia, va muy de la mano con el hecho de llegar a un lugar y no preguntarse qué quiero hacer, sino ver qué existe y cómo nos ponemos a trabajar a partir de ello. Esa es parte de nuestra apuesta y estrategia”, afirmó Isidora Larraín.
Ignacio Silva, director ejecutivo Fundación Educacional Cerro Navia destacó también el diálogo y vínculo que actualmente existe entre la arquitectura, educación y emprendimientos en el sector, “donde estos actores no se aíslan y eso es lo que permite que en esta manzana donde estamos, esté surgiendo en base a la colaboración de muchos, para que una manzana que estuvo a punto de caer en la incivilidad total fue surgiendo y hoy es un polo de atracción de deportes, de talentos, emprendimientos, cultura y educación”.
La rehabilitación de la manzana Digna Rosa en Cerro Navia se presenta como un caso pionero, donde la sustentabilidad deja de ser discurso para convertirse en urgencia. Se adapta lo existente por sobre obra nueva; se trabaja con otros socios líderes en procesos requeridos por la comunidad; se incorporan medidas de eficiencia energética; se desarrollan procesos de participación y co-diseño y se minimiza el gasto de operación por metros cuadrados, entre otros. Esta sinergia, ha permitido activar dinámicas de cohesión social y visibilizar territorios históricamente “invisibilizados” dentro de la Región Metropolitana.
Un barrio como laboratorio vivo
El caso expuesto es una fiel muestra de un modelo de trabajo que ha articulado a actores de distintos sectores de la sociedad, considerando también inversiones público-privadas que se diseñan y ejecutan con las comunidades, promoviendo así el fortalecimiento del tejido urbano y social desde una escala barrial.
Un barrio que concentra dos jardines infantiles, dos colegios, tres grupos de canchas, una junta de vecinos, instalaciones municipales y lo que hoy es el Centro Emprendedor de Cerro Navia.
Cabe mencionar, que en 2021 Cerro Navia estaba 40 de 42 comunas de la Región Metropolitana, en el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), y sus principales debilidades tenían relación con el entorno construido y ambiente de negocios, aspectos donde fibra podría contribuir.
En este contexto, la llegada de fibra al territorio, en 2022, ha sido una contribución relevante, junto a otros actores, iniciando en ese entonces un proceso interdisciplinario de escucha y valorización con la comunidad, levantando oportunidades de espacios abandonados o subutilizados, como también buscar asociaciones público-privadas y asesorías correspondientes.
Posteriormente, en 2023 vino la construcción del Centro Emprendedor, en un espacio que fue entregado en comodato por cinco años por la Municipalidad de Cerro Navia, y que actualmente ofrece a la comunidad un espacio de usos múltiples con organizaciones locales para la sostenibilidad territorial. Tal ha sido el impacto positivo del Centro Emprendedor en la comunidad, que el municipio local aprobó la ampliación del comodato hasta el año 2035.
Los distintos espacios de la manzana han vivido procesos de mejora en infraestructura en los últimos tres años, con diversas fuentes de financiamiento, y un notable compromiso comunitario, dejando atrás el abandono, y con memoria este escenario configura procesos sostenibles, eficientes y co-diseñados de desarrollo local.








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